Si ya corrías antes de quedarte embarazada puedes seguir haciéndolo pero debes tener en cuenta que tus articulaciones van a sufrir más porque los estrógenos y la relaxina las hace más inestables. Además un punto esencial a tener en cuenta es tu suelo pélvico. Las actividades de alto impacto generan micro traumatismos en los músculos perineales, y con el peso del útero esto se incrementa.
Contacta con un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico para prevenir cualquier problema.
A medida que el embarazo avance es probable que tú misma decidas parar o reducir la intensidad por sentir incomodidad. Cuando llegue ese momento puedes sustituir la carrera por actividades con menos impacto.