La vuelta a la calma es la última parte de la sesión, en la que las pulsaciones y la temperatura corporal van descendiendo poco a poco hasta llegar a valores próximos a los anteriores a la sesión.

Típicamente se introducen aquí desplazamientos suaves, estiramientos y técnicas de relajación.

Es importante que los estiramientos sean progresivos y que no trabajes con dolor, aunque sí puedes sentir cierta molestia. Busca estiramientos que estén enfocados a los músculos que en el embarazo suelen sufrir más (espalda, cervicales, psoas, gemelos, glúteos) y aquellos que hayas trabajado durante la sesión.

Recuerda que tras la semana 20 no debes tumbarte boca arriba porque el útero presiona la vena cava y se impide el retorno venoso. Puedes tumbarte de lado o colocar unos almohadones para elevar la parte más alta de la espalda.